El huevo es uno de los alimentos preferidos de los nutricionistas por las propiedades que aporta al organismo. Es recomendable en la dieta porque es uno de los alimentos más completos por su gran cantidad de nutrientes y tiene baja carga calórica, además de una composición grasa saludable.

¿Duro o revuelto? Cómo consumir huevo para aprovechar todos sus nutrientes

Según el Instituto de Estudios del Huevo, tiene las proteínas de mejor calidad, es decir, es decir, las que más se parecen a las que nuestro organismo necesita. Es importante su alta proporción de aminoácidos esenciales, los que no podemos fabricar y por lo tanto debemos obtener de los alimentos.

Para cubrir el 7% de calorías diarias necesarias, un adulto puede comer dos huevos medianos y un niño de hasta nueve años, uno. Estas cantidades aportan proteínas de gran valor biológico y fácilmente asimilables por el organismo.

Las enfermedades que previene el huevo

El consumo de huevo está relacionado a la prevención de diferentes enfermedades. Sus componentes -la colina, vitaminas A, D, E y B12 y antioxidantes como zeaxantina- ayudan a prevenir afecciones cardiovasculares, problemas oculares y hasta trastornos neurológicos.

En relación a la salud ocular, el huevo tiene capacidad para prevenir enfermedades como las cataratas y la degeneración muscular, dos de las principales causas de pérdida de la visión en personas mayores. Los antioxidantes -luteína y zeaxantina- de las yemas del huego protegen al ojo del daño que pueden causar los radicales libres.

Además, como indica la Mayo Clinic, el consumo de huevo está relacionado con la prevención de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. La colina, un nutriente presente en la yema, es crucial para la formación de acetilcolina, un neurotransmisor esencial para el funcionamiento cerebral y la memoria.

Huevo y salud cardiovascular

Aunque los huevos contienen colesterol, su consumo puede, en realidad, ser beneficioso para la salud cardiovascular. Esto se debe a que el huevo contribuye al aumento de los niveles de colesterol HDL (el llamado “colesterol bueno”), que es esencial para proteger las arterias y prevenir la acumulación de placa en las paredes arteriales.

Este tipo de colesterol funciona como un "limpiador" del otro tipo de colesterol, el LDL, popularmente conocido como el "malo". El colesterol HDL lleva al otro tipo hasta el hígado donde es eliminado. Además contienen dos tipos de grasas saludables, los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, que mejoran la circulación sanguínea.